Gran Convención Liberal Nacional Radical (1886)

Discurso-Programa candidato Balmaceda

En agosto de 1885, el Comité Liberal de la Cámara de Diputados dirigió a sus correligionarios políticos del país una Circular, con el elevado propósito de averiguar la opinión de los amigos de los Departamentos respecto a las bases que podrían adoptarse para la organización de una Convención, que designara el candidato a la Presidencia de la República para el próximo período constitucional.

Los liberales de Valparaíso se reunieron en gran Asamblea pública y tomaron los acuerdos, que, en conformidad al progreso de nuestras instituciones republicanas y a nuestros hábitos democráticos, creyeron aceptables con tal fin.

Se procedió, al efecto, a la organización del Directorio del Partido, y de una Junta Ejecutiva; y se dio cuenta al Comité Parlamentario del resultado de estos acuerdos, dirigiéndose al mismo tiempo la Junta Ejecutiva a todos los Departamentos de la República-, para instruirlos en la organización de Asambleas de Electores, a fin de coadyuvar al movimiento político que se había iniciado.

No tenemos por qué repetirlo, Valparaíso una vez más, ha visto coronados sus esfuerzos, en favor de la causa de la democracia y la libertad.

Viene a comprobarlo esta publicación, que tiene por objeto reunir los principales documentos referentes a la Gran Convención del 17 de enero de 1886; recopilación tal vez deficiente y formada a la ligera, pero que el Directorio del Partido Liberal de Valparaíso se hace un honor en dedicarla a sus correligionarios del resto de la República.

Valparaíso, enero 20 de 1886.

DISCURSO  |  PROGRAMA

DE JOSÉ MANUEL BALMACEDA EN LA CONVENCIÓN QUE LO DESIGNÓ CANDIDATO A LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA EL 17 DE ENERO DE 1886

Señor Presidente de la convención, 

Conciudadanos: 

Designado candidato del partido liberal a la Presidencia de la República, en esta Convención de delegados elegidos por el pueblo y de honorables y autorizados representantes del Congreso Nacional, acepto reconocido la situación de honra, de labor y de responsabilidad que se me ofrece, como un homenaje debido a la voluntad de mis correligionarios políticos, y a las ideas liberales que he servido durante mi vida pública. 

Siento en este momento una justificada zozobra de espíritu, al contemplar la vasta y ardua tarea encargada a mi solicitud y esfuerzos. Me alientan, no obstante, los votos de esta numerosa asamblea, que espero habrá de prestarme siempre el concurso eficaz de sus luces y de su patriotismo. 

Las nobles palabras del honorable Presidente de la Convención, me hacen creer que es oportuna la manifestación, aunque sea muy breve, de ideas y propósitos comunes, que forman los vínculos políticos que hoy sellamos a la faz de la República entera. 

Nuestra política exterior debe reposar sobre la observancia escrupulosa de los tratados y del derecho internacional, y en nuestro igual respecto a las naciones con las cuales vivimos en amistad. Acaso estaría excusado de afirmar que en toda eventualidad mantendremos incólumes los derechos y el honor de la República. 

Concluida la guerra y celebrada la paz con las repúblicas vecinas, probaremos prácticamente a las naciones del pacífico, que entre ellas y Chile, no existen intereses antagónicos, pues buscamos la preponderancia pacífica del trabajo, de un mayor esfuerzo en el desarrollo comercial, y de una vitalidad nacional sostenida por el vigor de las instituciones y la cohesión del patriotismo en los negocios exteriores. 

El cumplimiento de un mandato constitucional y la necesidad de fortalecer la constante seguridad del Estado, aconseja dictar la ley que organice democráticamente la Guardia Nacional. Es un medio práctico de establecer la comunidad de los deberes impuestos a todos los ciudadanos en servicio de los más altos intereses de la Nación. 

Todo régimen liberal descansa en el ejercicio regular de los derechos individuales. No existe propiamente libertad individual allí donde prevalece un régimen de excepción o privilegiado. 

La reforma, ya civil o política, que extiende y robustece la igualdad legal y el imperio del derecho común, no vulnera el principio de autoridad ni ofende la libertad de conciencia. 

El derecho común, expresión práctica de la libertad civil, han asegurado la libertad de constituir el estado civil de criterio positivo humano a la legislación del Estado, para resguardar la libertad religiosa. 

[…]

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Narra: Manuel Lobos Infante, Director Ejecutivo de Fundación Balmaceda

by JM BALMACEDA | Distribución de la riqueza nacional y justicia distributiva

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